#DíaMundialDeLaEficienciaEnergética #EficienciaEnergética #ODS7
Cuando hablamos de eficiencia energética, en muchos casos el gran público está acostumbrado, debido a la propaganda que los gobiernos utilizan para vender sus políticas energéticas y al bombardeo constante de publicidad, generalmente de comercializadoras energéticas que quieren exponer su cara amable, a utilizar este término asociado a algo verde, un árbol, una hoja, un bosque, una cascada, simplemente a eso, a ser mejor ciudadano.
Me veo obligada en estos casos a explicar que las palabras mágicas de “eficiencia energética” pueden traducirse directamente por “ahorro de energía” y que va mucho más allá de salvar el Amazonas, de hecho va mucho más acá, se trata de salvarlos a ellos, y no solo por su futuro, sino mucho por su presente, el de su bienestar actual y el de su cartera; y es que, Eficiencia energética no es, ni más ni menos, que reducir el consumo para ahorrar energía, y ahorro es ahorro en todos los sentidos.
Ahí aparece otro problema también derivado de la utilización del todo vale en publicidad, y es que… eso de ahorrar energía gusta a todo el mundo (más que nada por los euros) pero la gente desde sus casas y pequeña escala solo puede pensar en dos cosas para hacerlo que son, apagar luces y calefacción o invertir grandes cantidades de dinero en cuestiones que “tampoco ahorran tanto” y no “salen a cuenta”
Debemos desde nuestro sector sentirnos todos muy culpables por ello, y es que esto de la eficiencia energética no es nuevo, pero fue muy maltratado y mal enfocado por un interés inmediato de ventas aprovechando el boom y la imagen limpia que se daba al implementar cualquier medida “eficiente”. Estamos a tiempo de poner las cartas sobre la mesa, explicar a todo el mundo con palabras llanas y con la calculadora en la mano sus opciones, y es que toda edificación o industria, de cualquier tipo, tiene capacidad de ahorro potencial. Y esto puedo contaroslo desde el propio conocimiento, ya que durante estos cinco últimos años realizando auditorías energéticas en cientos de grandes edificios e industrias puedo decir que solo en un caso no he podido indicar con el dedo y decir, aquí hay un ahorro potencial.
La unión europea nos da una oportunidad, ha anunciado una serie de millones que, si lo hacemos bien y se invierten con sensatez y en tecnologías comprobadas puede hacer ver al gran público que pueden aplicar eficiencia energética = ahorro desde su propio hogar, y es que… ¿Quién no quiere estar más calentito que antes y pagando menos en su factura? ¿Quién no quiere que su casa (esa que por desgracia nos hemos aprendido de memoria cada rincón a fuerza este año) sea más acogedora y habitable? Yo creo que en esto estamos todos de acuerdo, y que si el habitante medio lo siente en su ser directamente entonces SÍ creerá en la eficiencia energética, SÍ querrá colaborar y si de paso salva el Amazonas… pues satisfecho total.
Remarco sensatez y tecnologías comprobadas, porque en muchas ocasiones el desencanto del pueblo viene dado por haber implementado con o sin subvenciones (recordemos que de igual forma es dinero de todos) en tecnologías ineficientes, que no han dado buenos resultados ni inmediatos ni a largo plazo y que en muchos casos les y nos han traído un importante coste extra, esto debe evitarse a toda costa, y es que, por mucha publicidad positiva con la que se bombardee al ciudadano en un momento dado, si una vez convencido accede y se le toca el bolsillo sin resultado hemos perdido varios participantes (a él y a sus allegados) en el proyecto futuro de todos. Por eso, por ello y por el Amazonas, ahorrad, calculad, invertid y sobre todo asesoraros debidamente, sed conscientes de que es positivo para todos pero sobre todo para cada uno de nosotros.
Alicia Ruiz Menéndez
Titulada en ingeniería técnica de minas, llevo varios años trabajando como auditora energética y consultora realizando auditorías para grandes clientes de diferentes comercializadoras energéticas.
Crítica con las inversiones en proyectos poco rentables, o con la utilización de la eficiencia energética basada exclusivamente en un mero marketing o imagen, observo este hecho con preocupación, creo firmemente que tenemos entre manos algo muy importante que depende de todos nosotros, esto es que la eficiencia energética tenga recorrido y verdadero valor para la población general.
Si tenemos tecnología rentable y a nuestro alcance con capacidad de ahorrar energía, ¿Por qué no ahorramos energía?
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